Inspirada por un amigo, el periodista argentino Alejandro Maglione, quien en su columna comer+beber (que les recomiendo ampliamente) de la Conexión Brando en el Diario La Nación, publicó sus deseos enogastronómicos para el 2011, paso a listar los mios, algunos muy similares y otros bastante más locales.
Mis deseos:
El primero: Que los venezolanos podamos encontrar - con menos dificultad- en los anaqueles de abastos y supermercados, los ingredientes básicos para la cocina de todos los días: leche, azúcar, aceite de maiz, harína, carne y ojalá lentejas. Me gustaría también encontrar variedad de marcas y presentaciones en productos como el café...
2do: Que la importación de productos gourmet no se paralice ni se haga prohibitiva y sigamos disfrutando en Venezuela de los aceites de oliva, las aceitunas, los hongos porcini y el azafrán por poner tan sólo algunos ejemplos de productos que extrañaría mucho si desaparecieran.
3ero: Que artesanos y pequeños empresarios sigan innovando y fabricando cada vez mejores productos para nuestra mesa y las grandes cadenas de supermercados les den cabida en sus anaqueles.
4to: Que siga creciendo la oferta de restaurantes, cafés y tiendas gourmet con propuestas originales y diversas. Sueño con que termine "la dictadura del aceite balsámico" como diría Sumito y la barajita repetida de la cocina "mediterránea".
5to: Que el buen servicio sea la regla en cafés, bares y restaurantes y no la excepción. (este deseo puede extrapolarse a cualquier ambiente en el que exista el servicio al cliente)
6to: Que los precios de la comida tengan relación con la calidad del plato y del servicio y que las quejas y críticas sean tomadas responsablemente y no como insultos.
7mo: Que la investigación, difusión y publicación de los saberes y sabores de la gastronomía venezolana continúe y se multiplique. Me encantaría que el colectivo de cocineros e investigadores que conforman Venezuela Gastronómica se viera fortalecido este año con mayor difusión y alcance.
8vo: Que el Salón Internacional de Gastronomía sobreviva y tome la fuerza que tuvo en otra época. Que este año se recupere y nos permita disfrutar de lo que siempre fue: el gran evento del vino y la gastronomía en Venezuela.
9no: Que sigamos descubriendo, aprendiendo, probando y aportando...
y por último, (y aunque suene a deseo de Miss), que no haya hambre en nuestros hogares, que nuestros niños crezcan sanos, fuertes y muy bien alimentados. Y cito a Maglione en este último y no menos importante deseo: "El mundo gastronómico también tiene mucho para aportar enseñando a comer mejor y aprovechar lo que hay disponible, para hacer que los chicos coman de manera saludable y suficiente. A la ineptitud gubernamental, no pocas veces se suma mucha ignorancia a este respecto".
¿Será mucho pedir?
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